Vie. Nov 22nd, 2024

29 feb (EFE).- La Unión Latina, organización con sede en París creada en 1954 y dedicada difundir la diversidad cultural de las lenguas latinas frente a la primacía del inglés, cerrará el próximo 1 de agosto por razones económicas, confirmó hoy a Efe su secretario general, el diplomático español José Luis Dicenta.

El presupuesto de la organización, sufragada esencialmente por sus 36 Estados miembros de cuatro continentes, era de 2 millones de euros anuales (2,6 millones de dólares)

La resolución, aprobada en consejo extraordinario el pasado 31 de enero a iniciativa de España, Italia, Francia, Brasil y Portugal, estipula que en el plazo de seis meses ese organismo intergubernamental entrará en estado de «hibernación» permanente.

Esto significa que suprimirá la totalidad de los 18 puestos que configuran la plantilla y dejará de pagar el alquiler de los locales del 204 de la parisina calle de Vaugirard.

«La Unión Latina pasará a mejor vida, comentó en conversación telefónica Dicenta, quien explicó que el presupuesto anual del organismo ronda los dos millones de euros.

Hasta el próximo agosto, el organismo ha paralizado «inmediatamente todas las actividades», agregó el secretario general de Unión Latina, en la que participan 36 Estados Miembros y cuatro observadores, entre ellos el Vaticano.

A partir de esa fecha un embajador de alguno de sus Estados miembros asumirá la secretaría general de forma transitoria o «pro tempore», comentó Dicenta, exembajador en Roma y Ciudad de México y segundo español a los mandos de la organización.

Fundada en 1954 en Madrid con el objetivo de promover y difundir la herencia cultural, los idiomas y las diferentes identidades culturales del mundo latino, la Unión Latina tuvo como primer secretario interino, desde su creación hasta 1975 al difunto político español Manuel Fraga Iribarne.

El organismo -cuyas lenguas oficiales son el español, el francés, el italiano, el portugués, el rumano y el catalán- era el único foro internacional que reunía al mundo francófono, lusófono, hispanófono, italiano y rumano.

Se ocupaba, entre otras cosas, de favorecer el diálogo intercultural, defender los patrimonios culturales latinos o adaptar la terminología científica a esos idiomas para que no se apliquen automáticamente anglicismos a través de coloquios, visitas virtuales a museos y publicaciones, entre otras actividades.

«Creo que lo que se hace en la Unión Latina es bueno y que podíamos haber seguido haciéndolo», comentó Dicenta al explicar que la organización ponía punto y final a su desarrollo.

Cuatro años antes, al asumir el cargo en abril de 2008 sucediendo al italiano Bernardino Osio, Dicenta se fijó como objetivos «convertir a la Unión Latina en una plataforma para fomentar la «transversalidad» y el diálogo «entre distintas culturas y distintas formas de pensar».

Durante su gestión, más allá de los quehaceres propios de la institución, Dicenta redujo la plantilla de 50 a 18 personas y sustituyó los gastos ocasionados por el personal de las delegaciones en el exterior por «representantes honoríficos» sin coste, recordó. EFE

Por ccarrera