29 feb (EFE).- El reto actual de los científicos para mejorar los tratamientos contra el cáncer es lograr construir pequeños aceleradores de partículas para producir haces de protones que eliminan las células cancerígenas de forma más eficiente que la radioterapia.
El director del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN), Rolf-Dieter Heuer, explicó hoy en la Conferencia Internacional de Investigación en Radiología Oncológica que se celebra esta semana en Ginebra que el objetivo de los científicos es «saber qué necesita la medicina y después ver qué es lo que se puede desarrollar».
Durante los últimos años los tratamientos contra el cáncer que empleaban rayos X se han sustituido en algunos hospitales -muy pocos por el elevado coste de esta tecnología- por otros que utilizan haces de protones, el mismo tipo de partículas que se emplean en las colisiones en el Gran Acelerador de Hadrones (LHC) del CERN.
Estos haces de protones se convierten en un bisturí mucho más preciso y efectivo que los rayos X, aunque tienen inconvenientes, ya que al entrar en el cuerpo el recorrido de la radiación de estas partículas afecta tanto a las células cancerígenas como a las sanas.
Por ello, el CERN está intentando desarrollar nuevos tratamientos empleando antiprotones, para así minimizar el efecto de la radiación sobre las células no afectadas.
Si estos tratamientos se validasen para un uso clínico contra el cáncer, la primera aplicación tardará al menos una década.
«Ahora lo importante es construir aceleradores más pequeños y baratos para que cada hospital pueda tenerlos en una sala de tratamiento. Nosotros podemos producir los protones, pero no vamos a dedicarnos a generar estas partículas para hospitales», agregó.
Asimismo, el director del CERN defendió la labor de este laboratorio en la investigación fundamental y recordó que algunos de los experimentos tienen un enfoque médico, aunque agregó que este tipo de investigaciones no pueden convertirlo «en un centro de investigación médica».
Por su parte, el profesor de Oncología en la Universidad de Wisconsin, Soren Bentzen, quien también participa en la conferencia, lamentó que muchos de los medicamentos que se utilizan para tratar el cáncer son «excesivamente caros», por lo que en algunas ocasiones los pacientes no reciben el tratamiento más adecuado.
Bentzen aseguró que una investigación para producir un medicamento de este tipo puede costar unos 1.000 millones de dólares, al tiempo que abogó por una personalización del tratamiento del cáncer.
«Disponemos de muchísimos más parámetros que hace unos años para describir cada tumor. Se podrían definir muchos más subtipos de tumores para un tratamiento más personalizado que el que hay actualmente», concluyó. EFE