Vie. Nov 22nd, 2024

28 feb (EFE).- El consumo de cocaína ha aumentado y estabilizado en América del Sur, a pesar de la clara reducción de la superficie dedicada al cultivo ilícito de la hoja de coca registrado en los últimos años.

Así lo afirma el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de 2011, que recuerda que el mercado ilícito de cocaína «tiene un valor de más de 80.000 millones de dólares» a nivel mundial, según cálculos de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD).

El origen de esa droga sigue encontrándose principalmente en Suramérica, sobre todo en Colombia, Perú y Bolivia, pese a que la superficie dedicada al cultivo ilegal del arbusto de coca ha bajado hasta 154.200 hectáreas en 2010, desde un máximo de 288.400 hectáreas registradas en 1990.

Tan solo en 2010 esas áreas se redujeron en un 6 % respecto al año anterior, y el país donde mayor fue ese descenso, de un 15 %, fue Colombia, con 43.792 hectáreas de arbusto erradicadas manualmente y otras 101.939 hectáreas sometidas a fumigaciones aéreas, mientras que Perú registró un aumento, del 2 %.

El informe, publicado hoy en Viena, destaca que Bolivia pidió una enmienda a la Convención de 1961 para dejar sin efecto la prohibición de mascar hoja de coca y, ante el rechazo de a esta propuesta su Gobierno depositó una denuncia del tratado que entró en vigor en enero.

Ante esta situación, la JIFE resalta su preocupación, alimentada por el hecho de que en 2010 el precio de la hoja de coca aumentó un 22 % en los mercados autorizados y en un 37 % en los mercados ilícitos del país.

Con respecto a la demanda de cocaína, el mayor consumo se da tradicionalmente Estados Unidos y Europa, pero cada vez más se registra también el cono Sur de América como destino de esta droga.

«La cocaína fabricada en Colombia se envía en su mayor parte a mercados ilícitos extranjeros, mientras que la elaborada en Bolivia y Perú, además de abastecer a Europa, se consume en gran parte en América del Sur», señala la JIFE.

Se estima que un 90 % de las cocaína consumida en Estados Unidos -entre 150 y 160 toneladas anuales- proviene de Colombia, mientras que el suministro a Europa, que ha duplicado en el último decenio la cantidad consumida, hasta alcanzar unas 120 toneladas, procede casi por igual de Bolivia, Colombia y Perú.

En América del Sur, la prevalencia del consumo «es mayor que la media mundial» y los datos de la ONU indican que, «tras años de aumento, el uso indebido de cocaína ha empezado a estabilizarse, aunque a un nivel más alto».

Según la ONU, los países de la región con tasas más altas de prevalencia anual (consumo al menos una vez al año) de esta droga son Argentina, Chile y Uruguay.

La cocaína es además «la sustancia citada con más frecuencia como causa de los fallecimientos provocados por drogas o relacionadas con ellas en América del Sur», se destaca en el informe.

La ONUDD ha calculado que en 2009, la prevalencia anual del consumo de cocaína en todo el mundo en la población de entre 15 y 64 años se situó entre el 0,3 y el 0,5 %, mientras que en Suramérica ese índice está entre el 0,9 y el 1 %, lo que supone unos 2,4 millones de consumidores.

Más bajo, entre el 0,3 y el 04 % de la población es la prevalencia del consumo de opiáceos en el continente americano, donde Bolivia, Brasil y Chile destacan por tener los índices más altos en el uso de este otro tipo de drogas.

Mucho más alta, en torno al 3 % es la prevalencia del consumo de cannabis, que sigue siendo la droga más consumida en América, al igual que en otras regiones, y la preferida también por los más jóvenes. EFE

Por ccarrera