23 feb (EFE).- Marco Estrada llegó hace dos años a Montpellier y, con el paso de los meses, se ha convertido en el alma del equipo revelación de la liga francesa, que con un presupuesto pequeño se codea por ganar el campeonato con los mejores.
«El secreto es el trabajo y la humildad», afirmó a Efe el jugador formado en el Everton de Viña del Mar y que pasó por el Universidad antes de recalar en la costa mediterránea francesa el año pasado.
Esa receta, a base de entrega, se combina con un fútbol vistoso que cuida el balón y que tiene una clara vocación ofensiva, inspirada por el técnico René Girard.
Y en ese punto, el aporte de Estrada es «imprescindible», según el periodista local Jean-Michel Izoird, del diario «Midi Libre», que sigue la actualidad del Montpellier.
«Cuando no está, su ausencia se nota en la fluidez del equipo», asegura el reportero que considera que el chileno «aporta la fluidez en el movimiento del balón que necesita el equipo y la variedad en el juego».
Estrada dice que no es consciente de su importancia en el juego, pero confiesa que da «todo lo que puede» para ayudar a un equipo que se ha ganado un lugar en su corazón.
«Estamos dando la sorpresa a equipos que habían gastado mucho dinero para pelear por el campeonato y eso es algo muy importante», aseguró el centrocampista.
Propiedad de un empresario local que hizo fortuna con una empresa de recogida de basuras, el Montpellier tiene apenas un presupuesto que supera los 30 millones de euros, poco comparado con los 150 millones que los jeques cataríes invierten en el París Saint-Germain.
Pese a todo, el Montpellier está a un punto de la cabeza de la tabla, que conservaron el pasado fin de semana los de la capital al término de un hermoso partido que acabó con empate pero en el que los compañeros de Estrada merecieron mejor suerte.
«Somos un equipo joven y humilde, pero no renunciamos a la ambición. Para nosotros sería un pequeño fracaso acabar la temporada sin ningún trofeo», dijo Estrada, que recuerda que también optan a ganar la Copa de Francia.
Su contribución al éxito del Montpellier puede servir, como para el resto del equipo, de trampolín para alcanzar otras metas.
«Todos tenemos sueños», aseguró el chileno, que confiesa que el suyo pasa por «jugar algún día en España».
«Aunque estoy muy feliz aquí, donde me quedan dos años más de contrato que quiero cumplir», señaló.
Con 28 años, Estrada sabe que es tarde para seguir los pasos de su compatriota más célebre en este momento, el barcelonista Alexis Sánchez.
«Lo que él ha conseguido son palabras mayores, es muy joven y ya ha cumplido muchas metas. Yo estoy muy orgulloso de ser compatriota suyo, pero no me puedo comparar con él», afirmó.
«Él es la cara visible del fútbol chileno y me alegro. Juega en el club de moda, junto al mejor jugador del mundo y a otras grandes estrellas. Ojalá siga sumando triunfos», indicó.
Montpellier, situado en la cataluña francesa, no dista mucho de Barcelona, pero Estrada no ha pisado nunca el Camp Nou.
«Algún día me gustaría», señaló el futbolista, que se considera «un obrero del fútbol, mientras que Alexis es un artista».
Muy vinculado a su país, donde vuelve cada año para pasar sus vacaciones, Estrada mira con cierta añoranza a la selección, a la que acudía con frecuencia cuando en el banquillo estaba Marcelo Bielsa y a la que ahora apenas va con el también argentino Claudio Borghi.
«Lo veo como un aficionado. Los partidos que llegan son excitantes para el equipo. La clasificación para el Mundial de Brasil no está fácil. En América del Sur ya no hay solo Argentina y Brasil», afirmó.
En cuanto a su ausencia, Estrada prefiere no entrar en polémicas. «Yo me centro en el Montpellier, en jugar lo mejor posible. Si me llaman de la selección me pondré muy feliz. Si no, mi vida no cambia, tendré que levantarme temprano a entrenar igual», subrayó.
«Si fuera por méritos, muchos tendríamos que estar en la selección, pero no soy yo quien hace las convocatorias», agregó.
Pero se le nota feliz siendo el alma de un equipo que, desde la modestia, se tutea con los grandes. EFE