Ramón, 35 años. Mis suegros viven en mi casa desde que me casé. Ellos quieren imponer sus reglas y se meten en todo. Quisiera que se vayan, pero ya están viejitos y no tienen a donde ir. Mi mujer y yo, no podemos tener intimidad tranquilos, pues hasta en eso se meten. Como toda pareja joven, tenemos nuestros juegos sexuales y guardamos en un cajón nuestros accesorios, como consoladores y películas para adultos. Lo cierto es que un día, mis suegros encontraron nuestras cositas y me armaron relajo. Me dijeron que soy un degenerado y botaron todo a la basura. No me gusta que se inmiscuyan en mi vida, soy buena gente, pero tengo mi límite.
Mi querido Ramón:
Habla con tu esposa y busca una solución, para que tus suegros puedan irse de tu casa. Es verdad que no puedes dejarlos en la calle, pero tampoco debes permitir que acaben con tu matrimonio.
Tu amiga Conchita