Todo ecuatoriano debe recordar lo ocurrido en las calles de Quito 100 años atrás, cuando Eloy Alfaro fue arrastrado y quemado en el parque El Ejido.
En este nuevo año, varias autoridades deberían tomar en cuenta lo ocurrido y retomar acciones que mejoren la ciudad. Muchos ciudadanos de Quito están inconformes con la administración pública actual, se quejan de calles, avenidas, de la basura y de los inconvenientes por el enterramiento de los tallarines.
Si bien es cierto, ya no se puede arrastrar a las autoridades por las calles, aunque para muchos las ganas no faltan, lo que queda es esperar la voluntad del mejoramiento de la Carita de Dios. Pero que las autoridades no olviden que en Quito están los eternos forajidos.