El Barcelona intentará hacer valer su preeminencia en las eliminatorias ante el Real Madrid y el 1-2 de la ida para asegurarse su pase a las semifinales de Copa del Rey, eliminado al vigente campeón de la competición, que vive un ambiente enrarecido en los últimos días.
El 1-2 en la ida, la sensación de superioridad, el pisotón de Pepe y los rumores sobre el futuro de José Mourinho, cuestionado incluso por la propia hinchada madridista, centran un partido de vuelta en el que los barcelonistas lo tienen todo a su favor frente a un rival excelso en la Liga, pero que padece la tiranía del equipo de Pep Guardiola en las eliminatorias.
Pero fiel a su manera de entender el fútbol, Guardiola ha pedido trabajo y recelo ante las opciones de clasificación del rival, consciente de que la eliminación en la Copa también pudiera tener ‘daños colaterales’ en la lucha por la Liga, competición que domina el equipo madridista.
Guardiola dispondrá de su equipo de lujo. Contará con Pinto en la portería y alineará de salida a Puyol, Xavi y Cesc, que descansaron frente al Málaga en el último partido liguero. A pesar de los temores habituales del técnico azulgrana, el Barcelona se encuentra en el momento preciso y en la situación adecuada para darle una estocada a los madridistas.
Mourinho restó importancia a la Copa pero sabe que un triunfo es un golpe anímico importante a su gran rival. Sin los lesionados Sami Khedira y Ángel Di María, el técnico está pendiente del estado de los ‘tocados’ Pepe, Lass y Esteban Granero. Sin duda, el clásico pone a vibrar al mundo del fútbol. EFE.