El presidente de EE.UU, Barack Obama, declaró ayer en una ceremonia militar en Carolina del Norte el fin de la guerra en Irak, nueve años después de la invasión planeada por George W. Bush.
En su primer viaje a la base militar de Fort Bragg desde que asumió el poder en enero de 2009, Obama señaló que el hecho de que los soldados estadounidenses regresen de Irak ‘no con una batalla final, sino con una marcha de vuelta a casa’, es algo ‘histórico’.
En el discurso pronunciado en un hangar de Fort Bragg, marcó distancias con el mensaje de ‘misión cumplida’ que Bush pronunció, dos meses después del inicio de la guerra en marzo de 2003, pese a que el conflicto aún estaba lejos de quedar cerrado.
Arropado por los soldados y sus familias, Obama no escatimó agradecimientos a las tropas por el ‘extraordinario trabajo’ realizado en Irak, que, dijo, ha permitido dejar tras de sí ‘una nación estable y soberana’. Manifestó también que Irak alcanzó su mayor logro al instaurar un gobierno representativo elegido por sus ciudadanos.