Vie. Nov 22nd, 2024

4 dic (EFE).- El «Doctor» Sócrates, fallecido hoy a los 57 años, no se graduó de campeón en los dos mundiales que jugó, pero tiene un sitio reservado entre los grandes del fútbol por su talento y el espectáculo que ofreció con Brasil en España 82 y México 86.

Sócrates Brasileiro Sampaio de Sousa Vieira de Oliveira murió hoy en un hospital de Sao Paulo, a consecuencia de un «choque séptico» derivado de graves problemas asociados a sus excesos con el alcohol, que ya la habían provocado una cirrosis hepática.

Falleció precisamente el día en que el Corinthians, el equipo que marcó su carrera deportiva, puede consagrarse campeón brasileño por quinta vez en la última jornada del torneo, que seguramente estará llena de homenajes a su memoria de todas las hinchadas del país.

Su nombre de filósofo griego siempre llamó la atención en el fútbol, así como su espigada figura con una estatura de 1,91 metros y la elegancia de su juego, en especial su habilidad para hacer pases con el talón, con lo que puso en aprietos a muchos rivales.

Pero la calidad no siempre va de la mano de la suerte y eso lo constataron el capitán Sócrates, centrocampista armador, dueño de la camisa número 8, y los demás miembros de la constelación que el entrenador Telé Santana llevó a los estadios españoles y mexicanos en los mundiales de 1982 y 1986.

Con astros deslumbrantes como Zico, Falcao, Junior y Toninho Cerezo, entre otros, Sócrates formó la mejor selección brasileña después de Pelé, pero ese equipo de ensueño, el favorito, fue apeado de los dos mundiales antes de las semifinales y terminó ambos en el quinto lugar.

En el Mundial de España, Sócrates marcó dos goles: uno en el primer partido, en el que Brasil venció 2-1 a la Unión Soviética, y otro en el último y decisivo, aquel juego dramático en el que el equipo del «jogo bonito» fue eliminado al caer por 2-3 ante la Italia de Paolo Rossi, el verdugo de la tarde, autor de las tres anotaciones de la «Azzurra».

En 1986, en México, marcó otros dos: el de la victoria 1-0 en el estreno ante España, de cabeza, y el primero de la goleada 4-0 a Polonia, pero en los cuartos tuvo el infortunio de perder ante Francia uno de los cobros de la tanda de penaltis tras el empate 1-1 y Brasil volvió a quedar eliminado.

Fue su despedida de la selección pero no del fútbol profesional, al que dedicó tres años más para luego centrarse en el ejercicio de la medicina, profesión que estudió en paralelo con sus inicios como jugador en el Botafogo de Ribeirao Preto. De ahí el sobrenombre de «Doctor» que le acompañó toda su vida deportiva.

Sócrates, nacido el 19 de febrero de 1954 en Belén, capital del estado amazónico de Pará, militó también en el Corinthians, Flamengo y Santos, así como en el club italiano Fiorentina.

En el Corinthians hizo historia no sólo por su fútbol sino por liderar la Democracia Corintiana, un movimiento de corte político que defendía mayor participación de los jugadores en la gestión del club.

Su hermano menor, el también centrocampista Raí, brilló tanto como Sócrates en los clubes de Brasil y el exterior en los que jugó, pero en la selección no alcanzó el prestigio del «Doctor».

Sus conocimientos de medicina no bastaron para impedirle caer en las garras del alcoholismo, una enfermedad que lo tuvo a maltraer en los últimos años y hoy finalmente causó su muerte.

Este año, tuvo que ser ingresado tres veces en un hospital debido a una aguda cirrosis hepática, hasta que la tercera fue la vencida y el alcohol le ganó al «Doctor» la batalla por la vida. EFE

Por ccarrera