Haces pocos días se conociío las intenciones del ex presidente colombiano, Álvaro Uribe, de asesorar a los partidos de oposición. Algo descabellado y ofensivo desde el punto de vista de la soberanía.
Si la oposición política toma este asesoramiento, no hará otra cosa que fortalecer su imagen de ineficiente e inelocuente. ¿Desde cuándo se necesita ayuda internacional para debatir ideas y dar soluciones a lo que se cree errado? Esperemos entonces, que esto no sea el preámbulo para que un nuevo conflicto se desate entre los dos países hermanos. Los problemas internos hay que tratarlos desde adentro. Los que están afuera no conocen ni conocerán una realidad que les resulta ajena, en todos los sentidos.
¡La ropa sucia, siempre se lava en casa!