‘A palabras necias, oídos sordos’. Este es el lema con que aparentemente se está manejando la actriz y ahora empresaria Claudia Gómez Lozano, en cuanto a la noticia de que también se encuentra inmersa en la millonaria demanda impuesta por su ex Alberto Cajamarca.
Claudia Gómez admite estar fresca, tranquila y sin ánimo de polemizar. Todo parece indicar que la exótica actriz no está de ánimo para encender el caldero con el padre de su hija.
En una entrevista para un conocido programa de farándula, la frontal actriz admitió saber que en algún momento su nombre figuraría en aquel engorroso proceso legal, ya que Cajamarca la llamó hace 2 meses atrás para advertirle dicha situación. Actualmente se encuentra sorprendida, pero no es algo que le quita el sueño. Ella está enfocada únicamente en su trabajo.
“Cada quien que se preocupe de su tema, yo llevo mi vida en paz, tranquila y sin perder el tiempo. No me interesa llamar la atención, que los abogados se encarguen de todo esto”, fueron las enérgicas palabras que emitió la sensual empresaria en el espacio farandulero.
Según fuentes cercanas a la actriz, indican que el también productor del programa ‘Dueños del mediodía’, Alberto Cajamarca metió en la ‘colada’ a Gómez como capricho al no poder olvidar los problemas sentimentales que pasó junto a ella años atrás. Asunto que Alberto ha negado tajantemente.
No cabe duda que Cajamarca, esta decidido a limpiar su nombre y llegar hasta las últimas instancias con la demanda a varios talentos de RTS, canal al que exige jugosos millones por difundir un video comprometedor sin su autorización.
Ahora, si la situación se puso color de hormiga para todos los presentadores enjuiciados que habrían hechos comentarios sensacionalistas y que dañaron la imagen del artista guayaquileño en base a la difusión de una filmación clandestina.
Aunque meses atrás, el abogado César Carrillo enfatizó que el 95% del dinero recaudado por la demanda irá a las arcas de la ‘Casa de la Cultura’.
Ojala no se cumplan las palabras del típico adagio popular: ‘Pájaro en mano ciento volando’. Ni la mamá de su hija se salva.