En la campaña electoral del presidente Rafael Correa se anunció la afiliación al Seguro Social de las amas de casa. Esto fue una de las armas vitales para obtener la mayoría de votos de los ciudadanos ecuatorianos.
Pero poco o nada se ha hecho para cumplir con tal promesa.Las mujeres siguen esperando por un beneficio al que tienen derecho. El trabajo doméstico es uno de los más ignorados, siendo que también resulta uno de los más extenuantes.
Además, es reprochable que se pongan tantas trabas a la regularización de la afiliación femenina. El Instituto de Seguridad Social debería primero hacer un estudio para establecer en qué medida puede asumir tal reto. Es hora de que el acceso a estos derechos dejen de ser un privilegio.