El servicio de transbordadores a las islas griegas quedó detenido y montones de basura se acumulan en las calles de Atenas a los 16 días de huelgas, mientras los sindicatos protestan por nuevos recortes de austeridad, al iniciar una semana decisiva para el futuro de Grecia y la ‘Eurozona’ de 17 naciones.
Los recaudadores de impuestos y de aduanas también abandonaron sus puestos de trabajo y funcionarios públicos ocuparon los edificios de los ministerios de Trabajo y de Finanzas en la capital griega.
Grecia enfrenta el jueves una crucial votación por nuevas medidas de austeridad, mientras otros países se apresuran para tratar de hallar una solución integral a la crisis.
Tanto la votación como el plan son necesarios para evitar una pérdida de confianza en los mercados mundiales, que algunos temen podría hundir a la economía mundial en una nueva recesión.
En medio del aluvión de protestas sindicales, la comisión de Finanzas del parlamento aprobó nuevas medidas de austeridad, que incluyen recortes a las pensiones y aumento de los impuestos, así como recortes salariales y de personal en la administración pública.