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5 oct (EFE).- Pese a que el fútbol levanta las mayores pasiones en Ecuador, el deporte donde ha cosechado más éxitos es la marcha atlética, una disciplina de esfuerzo individual en la que el pequeño país andino busca labrarse un hueco en el mundo.

Aunque comenzó a practicarse hace más de 30 años, su popularidad empezó gracias al triunfo de Jefferson Pérez en los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta, cuando Ecuador escuchó por primera vez las notas de su himno en el mayor certamen deportivo del planeta. Fue y es aún el único oro en el palmarés del paí

s y desde ese momento los ecuatorianos empezaron a ver la marcha con otros ojos.

Pérez inspiró a toda una generación de atletas, algunos de los cuales intentarán seguir sus pasos en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México, del 14 al 30 de octubre próximo.

Muchos de ellos practican en el Parque La Madre de Cuenca, la ciudad natal de Pérez, considerada la cuna de este deporte y donde se encuentra la escuela de marcha de Luis Chocho, que cuenta con 100 alumnos.

La dirige con su hijo Andrés, quien representará a Ecuador en Guadalajara junto con Rolando Saquipay, Paola Pérez y Yadira Guamán.

Andrés Chocho y Guamán se clasificaron además en el Mundial de Atletismo en Daegu, Corea del Sur, para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

«La marcha tuvo un inicio muy fructífero (en Ecuador), lastimosamente vivir a la sombra de (Jefferson) Pérez es difícil, porque cuando logras un subcampeonato del mundo, que para mí es importante, suena como poco, pero es muchísimo. La marcha es sin duda la disciplina más importante del deporte ecuatoriano», dice Freddy Vivanco, entrenador de marchadores en el Parque La Carolina de Quito.

Vivanco se concentra allí todas las mañanas, desde las 6.30, junto con 20 deportistas, bajo la gran «Cruz del Papa», mientras en el césped decenas de mujeres hacen ejercicios aeróbicos al ritmo de vallenato colombiano.

Uno de los atletas es Edgar Rodrigo Cuzco, de 28 años, quien comenzó a practicar la marcha por casualidad.

Cuzco es de familia humilde y a los 14 años se veía abocado a dejar la escuela, pero logró una beca deportiva de la Fundación Su Cambio por el Cambio que le permitió estudiar por las tardes, mientras que debía jugar al fútbol por las mañanas.

Después descubrió que su pasión verdadera era el atletismo, lo que le llevó a la marcha.

La perseverancia de Cuzco ha dado sus frutos, pues su nombre consta en el ránking de varones de la Confederación Sudamericana de Marcha, encabezado por atletas de Colombia, Argentina y Brasil, y busca clasificarse para el Campeonato Mundial de Atletismo de Rusia en 2013.

El mismo tesón refleja José Rubio, de 23 años, campeón de Ecuador en 2010 y bronce este año en la Copa Sudamericana de Envigado, Colombia.

Rubio también empezó en el deporte de la mano del fútbol, pero un día, para evadir una práctica, se pasó al atletismo y nunca miró para atrás.

«El ver a grandes personajes de la marcha ecuatoriana me ha motivado a que yo continúe en esto», afirma el atleta, quien actualmente compagina los entrenamientos con su tesis de graduación de la carrera de Educación Física y dice querer estimular el deporte especialmente en los niños.

En el Parque La Carolina también se entrena Miriam Cartagena, de 20 años, quien se inició en la marcha hace dos e intenta clasificarse para una competencia en Estados Unidos el próximo 31 de octubre.

Ella acude todos los días junto con su esposo y su hija de un año, con la esperanza de que respire la marcha desde pequeña.

Esa motivación ya se ha transmitido a nivel familiar, pues su prima Sonia Cartagena, de 32 años, quien solo apoyaba moralmente a Miriam, se animó a practicar la marcha «primero por salud», pero sin que la viera su prima, para que no la criticara, y luego profesionalmente.

La altitud de las ciudades de los Andes ecuatorianos ayuda a incrementar la resistencia física, ya que la escasez de oxígeno estimula la producción de glóbulos rojos en la sangre.

Cuando los marchadores bajan de los 2.850 metros de altitud de Quito o los 2.500 metros de Cuenca a competir a nivel del mar la abundancia de glóbulos rojos hace que su sangre transporte más fácilmente el oxígeno a los músculos.

«En Ecuador hay muchos campeones, aquí mismo en nuestro equipo hay ganadores de sudamericanos de marcha, medallistas panamericanos y mundiales. El hecho de no haber ganado una medalla olímpica no nos resta mérito», enfatiza Vivanco.

Según el experto, que lleva desde 1988 entrenando en esta disciplina, lo que se debe hacer es que «la gallina de los huevos de oro ponga más huevos».

Para Andrés Chocho, Jefferson Pérez fue «un factor fundamental, porque a partir de él nace el interés por este deporte», sin embargo pide más apoyo a la práctica de esta disciplina desde temprana edad, como a su escuela de marcha en Cuenca, donde la mayoría de alumnos son niños y jóvenes.

Por ahora los parques de La Madre en Cuenca y La Carolina en Quito continúan siendo testigos de la perseverancia de cientos de atletas ecuatorianos que no solo buscan hacer deporte, sino colocar a su país en el mapa mundial del atletismo. EFE

Por ccarrera