Vie. Nov 22nd, 2024

28 sep (EFE).- El argentino Carlos Tévez protagoniza hoy el último de sus desencuentros con el Manchester City, un club que amenaza ahora con dejarlo sin jugar y que desde verano ha rechazado varias ofertas para su traspaso.

Tras el último encuentro de Champions, el culebrón Tévez ha dado un nuevo giro, insólito en el fútbol profesional: «Está acabado conmigo», dijo su entrenador, el italiano Roberto Mancini, después de que, aparentemente, el argentino se negara a saltar al campo cuando su equipo perdía 2-0.

A pesar de que el jugador, de 27 años, afirmó hoy a través de un comunicado que todo se trata de un «malentendido», el asunto copa las portadas deportivas en el Reino Unido y todo parece indicar que el club deberá buscar una salida para el delantero.

El City podría pensar en flexibilizar sus pretensiones económicas (hasta ahora 45 millones de euros para el traspaso) de cara al mercado de invierno.

Pero un posible traspaso de Tévez nunca es una operación sencilla debido a un conglomerado de empresas y fondos de inversión que gestionan sus derechos desde 2004, cuando a los 20 años era una prometedora estrella en el Boca Juniors.

La carrera del jugador ha estado gobernada por un complejo entramado en el que participan el fondo británico MSI, una compañía del mismo nombre registrada en las Islas Vírgenes y el oligarca georgiano Arkadi «Badri» Patarkatsishvili, que murió en 2008 cuando estaba en búsqueda y captura por las autoridades rusas.

Con esos padrinos, Tévez ha fraguado una carrera con la que logró salir de Fuerte Apache, uno de los barrios más conflictivos de los suburbios de Buenos Aires, para convertirse en uno de los futbolistas mejor pagados del planeta, con un salario de unos 180.000 euros a la semana.

Después de ser la temporada pasada el máximo goleador de la Premier, todo se complicó este verano para Tévez en Manchester, donde cumple su tercera temporada pese a no gustarle la ciudad inglesa y sentirse incómodo en Inglaterra.

El técnico italiano incorporó al delantero del Atlético de Madrid Sergio «Kun» Agüero y al bosnio Edin Dzeko, y diseñó una plantilla en la que Tévez tenía reservado un lugar secundario.

Todo parecía listo para que el internacional argentino cumpliera su deseo de cambiar de aires, pero ni el Inter de Milán ni el brasileño Corinthians, las dos entidades que mostraron mayor interés en ficharle, aceptaron la cifra que pusieron sobre la mesa los inflexibles negociadores del City, unos 45 millones de euros.

La situación parecía encauzada al inicio de la liga, cuando Mancini se mostró «encantado» con que Tévez finalmente se quedara en Manchester y el delantero, que disfrutó de algunos minutos en los primeros encuentros, no manifestó de nuevo su incomodidad con la situación.

La gota que colmó el vaso se produjo ayer, cuando el argentino se vio en el banquillo en el segundo encuentro de la Liga de Campeones, una competición que los «citizens» juegan por primera vez gracias, en parte, a la actuación de Tévez la temporada pasada.

Mancini interpretó que el argentino se negaba a saltar al campo cuando el equipo perdía contra el Bayern Munich y, tras el encuentro, aseguró que Tévez nunca volverá a jugar con el Manchester City.

A sus 27 años, Tévez es un jugador cansado de la fama y de una ciudad, Manchester, en la que considera que «no hay nada para hacer» y donde tiene dificultades para entablar nuevas relaciones debido a que apenas habla inglés.

«Siempre dije que me retiraría a los 28 años», dijo hace meses, desencantado, el delantero, que se muestra siempre preocupado, en primer término, por su familia.

«Me cansa la fama. Uno sube muy arriba, se cree que es Dios y lastima a mucha gente que quiere. Hice sufrir mucho a mis hijas y me he equivocado muchas veces. Cuando termine mi contrato, dentro de tres años, a Manchester no volveré ni de vacaciones», decía Tévez hace apenas cuatro meses. EFE

Por ccarrera