Cerca de las siete de la mañana del pasado sábado, un grupo de setenta funcionarios de la empresa multinacional DHL, se dieron cita en la Cruz del Papa, en el parque de La Carolina para desde ahí dirigirse hacia el barrio Pisuli, norte de Quito. En este humilde sector los esperaban dos mujeres, que agradecidas veían llegar a los empleados de la empresa, para que en el transcurso del día les construyeran una casa, que serviría de albergue para ellas y dos pequeños niños.
“Gracias le doy a Diosito, las goteras nos estaban enfermando. Mi hija dio a luz hace quince días. Mi nueva casita se convertirá pronto en un acogedor hogar”, señaló María, la humilde beneficiaria.
Poco a poco, se iban colocando las bases de la casa, tomando medidas los voluntarios de ‘Un Techo para mi país’, alentaban a los cansados obreros, para continuar construyendo la humilde vivienda.
“Vamos que no solo edificamos una casa, estamos otorgando un futuro mejor para estas personas”, señaló, Bernardo Travesari, gerente de DHL en Ecuador.
Las paredes se levantaron. La casa, a base de sacrificado esfuerzo serviría desde ese momento como hogar de la familia. Día de trabajo y unión.
La unión hace la fuerza
“El compromiso que tenemos como empresa nos motiva a cumplir con este tipo de campañas a favor de las clases desprotegidas. Personalmente lo tomo como una retribución a lo que la sociedad nos otorga como marca. La solidaridad es uno de los fundamentos de nuestra institución”, acotó Bernardo Travesari, gerente de DHL.