Aldeanos libios exhumaron los cadáveres atados de 35 hombres, que habrían muerto en manos de fuerzas del régimen.
En otro pueblo libio, un equipo de investigación desenterró los cuerpos de 18 detenidos que murieron por sofocación de calor, después de que guardias de Gadafi los encerraran en un contenedor naviero.
A medida que los libios afrontan las secuelas de su guerra civil de seis meses, surgen cada vez más evidencias de que partidarios del extinto régimen cometieron abusos salvajes y en algunos casos aniquilaron a los detenidos antes de huir del avance de las fuerzas rebeldes.
No existen pruebas de que Gadafi hubiera ordenado los asesinatos, pero sus arengas en las que amenazó a los rebeldes, lo podrían acusar directamente, según Fred Abrahams, de la organización activista Human Rights Watch.
La orden de arrestar a Gadafi de la Corte Penal Internacional se centra en los asesinatos y arrestos ocurridos durante la fase inicial de la revuelta.
Si Gadafi es capturado y enjuiciado, sea en Libia o en el extranjero, cualquier prueba nueva de atrocidades que surja, apuntalará el caso en su contra. Contuinúan las investigaciones.