Con profunda nostalgia, Ximena Navarrete, la actual soberana de la belleza universal, habla sobre su paso por el galardón máximo.
La belleza mexicana que en agosto del 2010 se alzó con la corona de la mujer más bella del universo, en Las Vegas, aseguró en una entrevista que su esfuerzo por dar la mejor cara de su país fue gigantesco y se vio recompensado con lo que deja.
“Me da entre tristeza y alegría terminar el reinado. Tristeza porque dejo el departamento en Nueva York, a mis amigas, mis hermanas, con quienes viví allá, pero por otro lado ya quiero volver a casa, junto a mi familia, y comenzar con nuevos proyectos”, dijo Navarrete en exclusiva.
La tapatía de 23 años ya se encuentra en Sao Paulo para entregar el cetro a la nueva soberana el próximo 12 de septiembre.
Después de haber modelado para Old Navy y L’Oreal, Ximena comienza este mes a salir en televisión pagada de Estados Unidos como la imagen de una marca de agua.
“Hay sorpresas que todavía no puedo decir, trabajaré aquí, allá, donde se pueda. Por lo pronto ya firmé contrato con la agencia de Donald Trump para trabajar como modelo. Esa es mi meta, ser una modelo de altura, consagrada, que pueda hacer grandes cosas en el ramo. No me interesa donde, pero quiero desarrollar mi carrera al cien por ciento. Estoy lista para lo que viene”, señaló con alegría.
La estudiante de nutrición, mencionó a Lupita Jones, la única Miss Universo mexicana antes que ella, como su modelo a seguir.
“Es una mujer trabajadora, disciplinada y sabe lo que quiere, siempre la he admirado y la admiraré por sus logros y por lo que ha hecho”, señaló con entereza.