Incendios forestales devoran miles de hectáreas de conservación en diferentes partes de Brasil, azotadas por la sequía.
Las llamas afectan 17 áreas protegidas, donde brigadistas apoyados por bomberos y voluntarios luchan por combatir los incendios, según informó el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, a cargo de las unidades de conservación.
Christian Berlinck, coordinador de emergencias ambientales, afirmó que la instancia está trabajando directamente en el combate al fuego.
Además de que tienen previsto contratar otros 300 brigadistas para las próximas semanas, así como voluntarios y funcionarios locales en las unidades de conservación.
Gran parte del territorio brasileño sufre los efectos de una fuerte sequía típica de los meses que van de junio a septiembre, mientras el sur del país enfrenta lluvias que han provocado deslizamientos de tierra.
La mayoría de las áreas protegidas afectadas por los incendios se encuentran en las partes central y norte del país, en sabanas tropicales de la Amazonia y el Cerrado, un ecosistema caracterizado por combinar lluvias y sequías.