De las ideas del subsecretario de la Cancillería ecuatoriana, encargado de América del Norte y Europa, ha empezado a circular la intención de presentar un proyecto de Ley de Cultos, para ser entregado a la Asamblea Nacional.
En la Constitución Ecuatoriana, claramente se plantea que somos un Estado laico, es decir con la libertad de elegir los cultos que nos convengan y la forma de practicarlos.
Nadie nos puede decir en qué debemos creer y cómo hacerlo. Es más, las creencias religiosas cada vez van perdiendo credibilidad, debido a la flexibilidad de los comportamientos. Esto no es reprochable, ya que las sociedades más conservadoras son las que tienen problemas sociales muy latentes.
La religión no hace a nadie ni mejor, ni peor persona.