Desde el pasado mes de abril, el Municipio de Quito empezó a emitir notificaciones a quienes incumplan con la Ordenanza 332, que establece sancionar económicamente o dictar orden de prisión a los que ensucien la ciudad.
Por ello, la Policía Metropolitana ha aumentado los controles en las vías de la urbe. Es así, que un total de 3.457 ciudadanos han sido multados por no cuidar el medio ambiente y por arrojar desechos orgánicos en las calles.