Enorme malestar ha causado la alerta naranja emitida por las autoridades, debido a los oleajes en las costas ecuatorianas.
No pasó absolutamente nada. Más bien, los pescadores y personas que viven del turismo en la Costa, reportaron millonarias pérdidas debido a la poca afluencia de turistas en el feriado.
El sistema de Gestión de Riesgos ha fallado. Somos un país que no está preparado para enfrentar una catástrofe de gran magnitud. Lo ocurrido meses atrás con la alerta de Tsunami originado en Japón, fue la prueba de fuego. Los pobladores de las playas pudieron ser evacuados, pero hay que tomar en cuenta que se tuvo solo un día para ello. Eso no es mérito.
Las tragedias no avisan a tiempo. Deben implementar un programa de salvamento.