El presidente de Bolivia, Evo Morales, calificó de acciones políticas contra su gobierno, las movilizaciones suscitadas en su contra.
Al llegar desde China, donde estuvo de visita oficial hasta el pasado viernes, Morales comenzó a evaluar la situación derivada de las movilizaciones, mientras reiteró la voluntad de diálogo del Ejecutivo para atender demandas que resurgen a dos meses de las elecciones judiciales.
“El diálogo siempre está abierto. Pero lamentó mucho, que se envían cartas para citas y no asisten al diálogo, por eso entiendo que es una acción política. Yo antes pedía diálogo y no había, y ahora estamos rogando para el diálogo”, dijo Morales en Cochabamba.
El lunes, casi de manera simultánea, se registraron tres protestas en varias regiones de Bolivia.
En la ciudad de El Alto, a 10 kilómetros de la ciudad de La Paz, la Federación de Juntas Vecinales de la ciudad protestó para que este año se realice el Censo Nacional de Vivienda, el cual otorgaría mayores recursos a esta región para promover el desarrollo de infraestructura, salud y educación.
El paro de la ciudad alteña se cumplió de forma parcial y no logró paralizar las actividades de esa región.
En horas de la mañana inició también una marcha indígena desde Trinidad, en el departamento del Beni, hacia la ciudad de La Paz, como una medida de defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) y en contra de la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.