Varias alternativas se han sorteado para evitar el debacle total de la nación norteamericana. A pesar de todo la ‘gran potencia’ no ha admitido la derrota. Lo peor de todo, es que la mayoria de países en vías de desarrollo dependen del pulso de la economía de ese país.
Ahora, el nivel de endeudamiento será mayor y de una u otra forma, el castillo de naipes se caerá. El intervencionismo tampoco ha funcionado, pues las coaliciones no han logrado tomar el control del conmocionado mundo árabe y el norafricano.
Es hora ya, de que se formen nuevas organizaciones entre países, sobre todo en Latinoamérica. La economía necesita nuevas directrices y bien podrían partir de estas tierras. Siempre y cuando, cada país genere las estrategias y la planificación necesaria.