Julio, 30 años. Tuve una relación que duró diez años. Lógicamente al principio todo era felicidad. Creo que todo cambió hace seis años, pues peleabamos demasiado y nuestra relación era insoportable. Intenté terminar muchas veces, pero ella me chantajeaba con suicidarse. Cuando ella me dejaba, yo me sentía morir y siempre la buscaba. Lo cierto, es que estuvimos juntos todo ese tiempo haciédonos daño. Nuestras familias nos estaban presionando para que nos casemos y en plena petición de mano, ella lloró y dijo que ya no me amaba. No puedo negar que esa confesión me dolió, pero me siento liberado, pues lo nuestro era algo enfermo.
Mi querido Julio:
Que bueno que ambos se dieron cuenta del error que iban a cometer. Si su noviazgo era algo enfermo, su matrimonio iba a ser muy difícil. Espero que ambos rehagan su vida y aprendan de sus errores.
Tu amiga Conchita