Antioxidantes, edulcorantes y sal, son tres de los ingredientes habituales en las etiquetas de los alimentos que consumimos a diario. Los tres son aditivos, que permiten conservar la consistencia del producto, mejorar o conservar el valor nutricional, mantener la integridad de los mismos, controlar la acidez y la alcalinidad, así como suministrar la fermentación, proporcionar color y mejorar el sabor de las comidas.
“Los aditivos son necesarios para conservar y tener acceso a alimentos y bebidas que antes no podíamos almacenar para utilizar días, meses o años después”, explicó el doctor en medicina y cirugía, Eduardo Wollants. Añadió que “sin los aditivos, no tendríamos alimentos de larga duración”. La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, cuenta con un registro de aditivos seguros donde se agrupan más de 700 productos. Cuando se utilizan en las cantidades recomendadas no representan peligro.
Por su parte, el Codex Alimentarius, entidad de la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas, también valida los aditivos para su consumo, proporcionando tranquilidad al consumidor y garantizando su seguridad y calidad.
Rutina basada en el deporte
El Dr. Wollants manifestó que en ocasiones, las personas se generan una percepción negativa de productos que contienen aditivos. Desde su perspectiva, no existen alimentos buenos ni malos, solo dietas mal balanceadas. “Debemos fomentar una alimentación sana, agregando dosis de deporte para llevar un estilo de vida saludable”.