Más de una veintena de muertos hemos tenido que lamentar por el envenenamiento que sufrieron al consumir alcohol adulterado.
Después que la olla se ha destapado, recién encuentran varios lugares donde se expende licor artesanal a precios irrisorios. Una botella de ‘puntas’, que cuesta alrededor de 50 centavos, es el diario vivir de miles de alcohólicos, que al no tener recursos acuden a estas tiendas. De ahí que esto no es solo un problema de Salud Pública. Los índices de alcoholismo se unen con los de pobreza y de indigencia. Esta enfermedad también debe ser tomada en cuenta por el Ministerio de Salud y dar una cobertura integral a los afectados y los familiares. Los operativos deben dejar de ser mediáticos y seguir cotidianamente.