17 jul (EFE).- Lionel Messi puede formar parte de la selección ideal de una Copa América en la que Argentina, que la había organizado para ganarla, quedó eliminada el sábado a manos de Uruguay. Por eso, si es necesario buscar culpables de esta situación, mejor hacerlo por otro lado.
«Messi nunca juega mal, sino que lo hacen los que lo rodean», afirmó recientemente Julio Grondona, presidente de la federación argentina (AFA). La sentencia provocó polémicas, aunque al menos la primera mitad de la frase es verosímil.
Fue el mejor jugador ante Bolivia (1-1), el único que intentó algo frente a Colombia (0-0), el que encendió a Argentina contra Costa Rica (3-0) y el mejor, otra vez, en los cuartos de final que los uruguayos superaron en los penaltis (1-1 y 4-5).
«Diego Maradona tenía otra personalidad, era avasallador y contagiaba; eso es lo que no le veo a Leo Messi», comentó en los últimos días el goleador histórico de Argentina, Gabriel Batistuta.
El delantero del Machester United Wayne Rooney ha afirmado que «sin Xavi e Iniesta, Messi no triunfaría en Inglaterra. Sin ellos dos le sería imposible jugar igual que lo hace en España», idea que se ha incorporado a la interpretación de muchos argentinos, quienes afirman que hay «dos Messis», el del Barça y el de Argentina.
El tópico es Messi, el campeón de todo con el equipo azulgrana y el que ya ha jugado dos mundiales con la Albiceleste y solamente ha marcado un gol, y dos veces la Copa América sin resultados positivos.
Se publica hoy en Argentina que Messi, que anotó 53 goles con el Barcelona la temporada pasada, no ha marcado goles en los últimos dieciséis partidos oficiales que jugó con la selección y que su último tanto se remonta al 28 de marzo de 2009 ante Venezuela, en las más recientes eliminatorias mundialistas.
Que Messi para arriba y que Messi para abajo. «Ni Messi pudo salvar a Argentina», indicó la prensa electrónica del sábado en Buenos Aires, cuando los uruguayos Forlán, Suárez, Lugano y Muslera todavía celebraban abrazados en el campo de juego en Santa Fe.
Con Messi solamente no alcanza. Es el mejor jugador de Argentina y a la vez el que muchas veces baja a buscar el balón al centro del campo porque no le llega cerca del área rival.
Al cabo de un poco atractivo ejercicio de observación debido al bajo nivel técnico del juego, surge un dato llamativo: en 390 minutos de juego en la actual Copa América nadie, nunca, apoyó a Messi con un pase-gol.
Con Messi solamente no alcanza. EFE