Miles de microempresarios ven sus sueños pasar, por falta de conocimimientos específicos que les permitan elevar sus ideas hacia el progreso.
Pero ese no fue el caso de la comunidad de Simiatug en Chimborazo, quienes a través de su asociación, iniciaron en el 2000 la elaboración de productos de fibras naturales de cabuya.
Poseen un sin fín de productos creados y la ventaja sobre esta producción, es la capacitación que recibieron durante el II Concurso Emprendefe-Planes de Negocios Asociativos, en 2009.
En vista del éxito alcanzado en las dos ediciones anteriores del Concurso Emprendefe, para la edición 2011 se amplió el espectro de participación, para brindar mayores oportunidades para la realización de iniciativas productivas para los jóvenes.
Por lo que se establecieron nuevos parámetros dentro de la participación. En una primera instancia, están el concurso y las capacitaciones, a quiénes quieran emprender un nuevo negocio y por otro lado, están las capacitaciones dirigidas a los hijos de los microempresarios, con la finalidad de mejorar negocios ya establecidos.
Dentro del programa se prevé que los mismos participantes sean quienes estructuren sus proyectos. Dentro del espacio de las capacitaciones que perfilan temas como la administración, manejo de recursos y marketing; esenciales para el desarrollo de las microempresas.
La ventaja, según explica María Augusta Bustamante, gerente de responsabilidad social del Banco Pichincha, es que aunque los participantes no logren llevarse el premio de 7.000 dólares que se otorga al mejor proyecto, recibirán educación financiera.
Para las mujeres de Simiatug, luego de las capacitaciones, el manejo de los recursos económicos y los materiales para la elaboración de sus productos han sido optimizados, así como su tiempo de elaboración.