(EFE).- El intenso frío sufrido en los estadios donde se han disputado los primeros partidos de la Copa América ha impedido que la competición haya entrado en calor, ya que tan sólo han destacado los desempeños de Diego Forlán y Paolo Guerrero junto al gran gol que marcó Sergio «Kun» Agüero.
Si en lo futbolístico lo más notable ha sido la capacidad de control sobre el rival de Bolivia, Venezuela o Perú, así como la reacción de Chile, queda claro que a la Copa le hace falta que suba la temperatura futbolística, que aparezcan otras de sus grandes estrellas y que se vea el juego de los grandes favoritos: Argentina y Brasil.
Cuando cada equipo ya ha disputado un encuentro en la actual edición de la Copa América, ni Argentina, ni Brasil han conseguido ganar, ya que la victoria de un equipo sólo se ha producido en dos de los seis encuentros jugados y ha sido para Colombia y Chile.
Sin embargo, ninguno de estas dos selecciones fue capaz de arrollar, como algunos suponían que iba a ocurrir, a sus presuntos rivales, Costa Rica y México, los dos invitados al torneo y que son los dos únicos que conocen la derrota.
La pobreza futbolística de los primeros encuentros se refleja en el balance goleador con seis tantos en ocho partidos, lo que apenas supera la media de un tanto por encuentro, cifra que contrasta con la ofensividad de la Copa de 2007 en Venezuela, en la que se superaron los tres goles por encuentro.
El doble empate a cero de los partidos del Grupo B (Brasil- Venezuela y Paraguay-Ecuador) es el mayor reflejo de esta situación, en un torneo en el que tras noventa minutos de juego para cada selección, hay algunos futbolistas que todavía no han aparecido.
Entre ellos se encuentran los dos que más expectativas despiertan en esta Copa, el brasileño Neymar y el argentino Leo Messi, pero tampoco se han dejado ver por el momento el colombiano Falcao, el chileno Alexis Sánchez o el argentino Carlos Tevez.
Es evidente que la causa del mal juego visto hasta el momento no es consecuencia de la climatología, pero ni el frío ni el horario de los encuentros contribuyen a que el espectáculo crezca.
El partido inaugural entre Argentina y Bolivia de la noche del viernes pasado se disputó en el estadio Ciudad de La Plata a las 21.45 hora local (00,45 GMT del sábado) y a su conclusión había un grado sobre cero.
Con la misma temperatura ambiental concluyó la jornada doble del lunes en Mendoza, donde Uruguay y Perú empataron a uno y Chile ganó por 2-1 a México.
Tanto el frío del invierno en el hemisferio sur como los horarios fijados para los partidos han sido protagonistas de unos partidos que no se desarrollaron en las mejores condiciones, aunque no han impedido una buena afluencia de espectadores a los estadios, con especial presencia de seguidores chilenos en el encuentro de su selección en Mendoza.
El paso desde Chile, por una ruta condicionada por la nieve y el mal tiempo no impidió la presencia masiva de aficionados que cruzaron la frontera para dar a los partidos el calor que no había en el ambiente.
Ahora, el objetivo de la Copa es mejorar en su oferta futbolística a partir del partido entre Argentina y Colombia que se disputará mañana en santa fe y que se convierte en una verdadera prueba de fuego para el equipo anfitrión, al igual que le ocurrirá a Brasil dos días después ante Paraguay. EFE