Vie. Nov 22nd, 2024

Los dardos de fuego lastiman las primeras horas de matrimonio de los Príncipes de Mónaco. Señalan que fue un ritual obligado.

Como todavía no ha sucedido la boda de Kim Kardashian, se puede decir que la de Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock ha sido la segunda boda más comentada del año. Y no precisamente por su pomposidad e importancia. Si no por la cara de angustia y tristeza, que llevó la novia durante toda la ceremonia.
Y es que para nadie es un secreto lo que ya todas las revistas faránduleras comienzan a publicar. Mientras muchas destacan el glamour de la nobleza monegasca, la mayoría destaca el supuesto escándalo que no trascendió:
¡Charlene estaba arrepentida y no quería casarse!
Algunas fuentes aseguran que la semana pasada fue capturada en el aeropuerto, a punto de escaparse. Información que la monarquía, como era de esperarse, negó hasta más no poder.
Y es que esta boda real podría haber sido un verdadero cuento de hadas, si no fuera por ese ‘algo’ que enturbió los últimos días de soltera de Charlene y sus primeros momentos de princesa, con un presunto intento de fuga.
Finalmente, la sudafricana dijo ‘sí’ dejando atrás todos los rumores. Pero sin poder oscurecer las primeras planas donde se pudo ver, cómo la princesa lucía fria portando dos vestidos de Armani y otro diseñado por ella misma. Sus cuñadas Carolina y Estefania, y su sobrina, Carlota, fueron las más admiradas entre los asistentes de una boda que pasará a la historia como… ¿La más triste?

Por kochoa