En las últimas horas las protestas antimineras que bloqueron por más de un mes la frontera entre Perú y Bolivia, se calmaron y dieron una tregua. Pero grandes retos le esperan al presidente electo del vecino país, Ollanta Humala, quien tendrá que buscar solución a estos conflictos.
Al heredar el ansiado poder constitucional, también se heredan los problemas que arrastra una nación. Quizá suene fácil hacer reformas, pero no lo es. En fin, los problemas políticos, sociales y económicos, sobre todo en Latinoamérica, se vienen arrastrando desde prácticamente la creación de estos Estados.
El conflicto es de idiosincracia y de permanencia. Los cambios son progresivos y no se pueden cristalizar en un solo período de mandato. Tampoco estamos fomentando las autocracias, sino más bien la continuidad de pensamientos e ideologías progresistas. La lucha por el poder es encarnizada, pero no sirve de nada, si cuando llegamos al poder, no implantamos semillas de cambio y de progreso sustancial en los pueblos.