Alrededor de 210 millones de personas, es decir el 4,8% de la población mundial de 15 a 64 años de edad, consumieron sustancias ilícitas como mínimo una vez durante el último año, según el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas. Este es un tema sin final, es el negocio del siglo. El consumo de estupefacientes es progresivo en todo el mundo. Ahora, el asunto es diseñar programas para prevenir el consumo, pero no desde la perspectiva satanizadora que se ha manejado siempre. Sino desde una óptica educativa y fomativa, donde los primeros años de educación sirvan de base para la prevención.
En este sentido, la lucha contra los carteles de la droga, también se ha vuelto encarnizada. Si los círculos de poder no estuvieran involucrados en estos delitos, sería quizá más fácil combatirlos. Mientras las altas autoridades políticas, policiales y militares hagan su trabajo como deben, estos grupos no tendrían tanto poder para hacer lo que les plazca. El narcotráfico pone sus téntaculos para fomentar la corrupción.
