El machismo es una forma de violencia, además es una de las más marcadas y socialmente “aceptadas”. Por siglos se ha reproducido el patrón del hombre dominante, sobre la debilidad femenina. Lastimosamente se ha ido reproduciendo durante generaciones que no han logrado borrar del imaginario social, estas ideas. En fin algunos avances se han tenido desde hace algunos años, pero no han sido suficientes.
Los niños que crecen en hogares violentos, asumen estas actitudes como normales, así las niñas asumen su rol de debilidad y sumisión y los varones su posición de dominadores. Pero no hay que dejar de lado que se ha desarrollado otra forma de violencia, las mujeres en un intento de igualdad mal entendida son quiénes protagonizan las escenas de violencia en el hogar.
Las agresiones no son aceptables de ninguno de los dos lados, los más vulnerables son quienes dependen de los adultos. Los niños que forjan su carácter y su personalidad dentro de sus hogares.