La fiebre del oro se ha convertido en la tragedia de la selva amazónica, enfrentada a la contaminación ambiental.
A medida que el precio del oro rompe récords internacionalmente, al ser considerado una opción de inversión más segura, la cantidad de mineros independientes en la provincia peruana de Madre de Dios se ha expandido. Como resultado, el aire se contamina, los árboles son talados y las grietas que surcan la superficie son tan descomunales que pueden ser detectadas desde el espacio por satélites.
El oro de este lugar comprende una quinta parte de la producción nacional peruana, unas 175 toneladas métricas que han convertido al país en el quinto productor a nivel mundial. Antonio Brack, ministro de Medio Ambiente peruano afirmó que extraer una onza de oro cuesta 400 a 500 dólares y hay una rentabilidad de 1.000 dólares por onza de oro. En febrero, la armada peruana destrozó con dinamita 13 dragas ilegales que estaban contaminando el río Madre de Dios, asfixiando plantas y animales. Miles de obreros protestaron y bloquearon la única carretera de la zona, y por lo menos tres personas murieron baleadas por policías enviados desde Lima.