Jue. Nov 21st, 2024

Transcurridos varios días del accidente de tránsito que sufrió Ortega Cano, su estado de salud sigue siendo muy grave.

La dolorosa muerte de su  gran amor, la cantante Rocío Jurado, el alcohol, los profundos cuadros de depresión, esto sumado a su vida promiscua y las peleas con personas cercanas, llevaron al torero español a perder el rumbo de su vida y como consecuencia de sus actos hoy permanece en estado de gravedad, asilado en una clínica de la capital española.
Ortega Cano nació en Cartagena, el 27 de diciembre de 1953. Debutó dentro del mundo torero como picador el 9 de septiembre de 1973. Un año laboró como novillero. Su vida profesional sumó veinticinco años. Cerró su enorme trayectoria, con una majestuosa despedida en la Feria de Otoño de Madrid, donde se encerró con seis toros.
DEPRESIÓN
Desde que hace cinco años falleciera Rocío Jurado, la vida de Ortega Cano nunca ha vuelto a ser igual. Incluso antes de su muerte, durante los largos meses de enfermedad, no se separó ni un instante de su mujer. Situación que ha sido tomada por familiares de la desaparedica Rocío, como símbolo del interés que Cano profesaba por el dinero de la fallecida española.
Cano no escuchaba los rumores, él sabía que su sitio estaba junto a su esposa, con la que se reencontró durante esa enfermedad, aún cuando entre ellos hubo discusiones y reconciliaciones.
LO PERDIÓ TODO
Tras abandonar la casa de La Moraleja,   que Rocío dejó en herencia a sus hijos, bajo la orden de que se vendiera, el torero se fue al campo, a la finca Yerbabuena, con sus hijos José y Gloria Camila.
En el aspecto económico, las cuentas mejoraban. Pero han sido más tristezas que alegrías las que el diestro ha sentido.
Aquejada su salud por problemas de arritmias, los médicos le pusieron un tratamiento con anticoagulantes con el que era impensable ponerse delante de un toro.
PERDIÓ EL CONTROL
Con un grave cuadro permanece al borde la muerte, el exitoso torero. Hace días sufrió un accidente de tránsito.
Sedado, entubado, operado del colon, con las pierna destrozadas, recibió la visita de un sacerdote, quien lo hungió ante su posible muerte.
Ortega estrelló su auto contra otro vehículo. El informe indica que circulaba a 70 kilómetros por hora. Los resultados de alcoholemia dieron negativos. Situación que se contrapone con la versión de los testigos del hecho, que declaran lo contrario.

Por kochoa