La mayoría de políticos y movimientos se han tomado el nombre de la Revolución Liberal liderada por Eloy Alfaro, el ‘Viejo Luchador’. Todos han ofrecido seguir con esos ideales, han vanagloriado las acciones de ese episodio histórico.
Pero realmente, ninguno ha seguido el buen ejemplo. De seguro, en nuestros días, Eloy Alfaro sería un perseguido político y religioso. Sería una amenaza para este sistema que solo fortalece la individualidad y la falta de solidaridad entre hermanos. Cada quien tiene su lucha, cada gremio puja por lo que le conviene y lo que necesita.
Nadie lucha por un ideal común, que sea de la incumbencia y la importancia para toda la nación. Es muy fácil tomar un ejemplo de alguien que ya murió. El verdadero reto es superar las acciones pasadas, teniendo presente además, que no podremos vivir apegados a los recuerdos. Los tiempos cambian. Por lo tanto, las revoluciones también tiene la obligación de evolucionar para cubrir las necesidades que exige la población en las diferentes áreas.