El Día del Niño, es otro de los pretextos del sistema para acentuar el consumismo. Se hablan de los derechos que tienen y de lo felices que deberían ser. Pero mientras aún existan niños desnutridos, sin atención hospitalaria, trabajando en las calles, sin oportunidades de estudiar y salir adelante; entonces esto sigue siendo un discurso progresista, que no pasa de ello. En fin, como en muchas de estas fechas, lo que se espera son acciones concretas e inclusivas para contrarrestar los problemas sociales que afectan a la niñez en general. Esto empieza desde la atención que deberán tener sus madres, desde el período de embarazo, pues el destino de un ser humano se construye desde su concepción. Somos parte de una sociedad, que de alguna manera nos moldea, pero si crecemos dentro de la violencia y la inseguridad, entonces las nuevas generaciones seguirán reproduciendo estos escenarios. Por eso apelamos a la acción de los organismos y ministerios. Los niños merecen la alegría, más allá de un juguete novedoso.
