Decenas de yemeníes han muerto en combates entre fuerzas de seguridad y milicianos del influyente jeque tribal Sadeq al Ahma.
Los milicianos tratan de derrocar al presidente, Ali Abdalá Saleh. La orden del mandatario de detener a Al Ahmar y a varios de sus hijos por rebelión armada no hace sino avivar unos enfrentamientos que comenzaron el lunes y que amenazan con llevar al país a una guerra civil.
Por su parte, Al Ahmar ha asegurado que no hay posibilidades de una mediación con Saleh, al que calificó de mentiroso y acusó de arrastrar al país a una guerra civil. El líder de la tribu Hashed, a la que pertenece el clan de Saleh, ha pedido que los países árabes presionen al presidente para que abandone el poder. Medio centenar de personas han muerto desde el estallido de los combates, que empezaron poco después de que el presidente Saleh se negara, por tercera vez, a firmar una iniciativa de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico que incluye su renuncia tras 33 años en el poder. Cientos de residentes tratan de huir de la capital yemení, cargando sus posesiones en los techos de sus coches, que hacen cola en las salidas de Saná.
El aeropuerto de la capital, reabrió tras un cierre temporal por los combates.