Fuerzas respaldadas por tanques del gobierno, irrumpieron en varios pueblos del sur de Siria cerca de la convulsionada ciudad de Dara. En las últimas semanas, las fuerzas del ejército realizaron una operación de 11 días que dejó más de 80 muertos.
El presidente Bashar Assad ha despachado soldados y tanques a muchas áreas para aplastar el levantamiento de siete semanas que impone el mayor desafío a su régimen familiar de 40 años.
El régimen parece estar dispuesto a sofocar el levantamiento mediante la fuerza y la intimidación, pese a la creciente indignación nacional e internacional.
Además, la cifra de muertos, según grupos defensores de los derechos humanos, ha superado los 630 civiles desde el comienzo de la rebelión.