La empresa que dirige la planta de energía nuclear de Hamaoka en la zona centro de Japón accedió a la petición del gobierno japonés del cierre de las instalaciones. La planta a casi 200 kilómetros de Tokio es considerada la más peligrosa, debido a que se encuentran en una zona donde se espera que se registre un terremoto dentro de las próximas tres décadas.