En el barrio San Francisco de Miravalle, en el sector de Guápulo al norte de la capital , la desatención de las autoridades ha generado malestar en sus habitantes. Pese a que el burgomaestre de la ciudad, Augusto Barrera, se hizo presente el pasado fin de semana en ese sitio, los moradores señalan que no llegó hasta la parte más alta del lugar que es en donde existen serios problemas de alcantarillado, adoquinamiento, y probables deslaves por las condiciones en las que algunas de esas viviendas están situadas.
“Los taxis que suben hasta acá nos cobran 10 dólares, y no tenemos esa cantidad de dinero todos los días. Ningún bus viene hasta estas laderas”, afirma Zoila Cunalata, vecina del lugar. Leonidas Taco, dirigente barrial, comenta que solo están esperando que el Municipio otorgue la autorización para legalizarse y poder contar con todos los servicios que les han sido esquivos hasta el momento. Agrega que en vista de los últimos derrumbes, esperan que las autoridades los tomen en cuenta para una posible reubicación.