Las devastadoras tormentas han cobrado 347 vidas en Estados Unidos, que afronta el segundo temporal más letal de su historia.
Los tornados que según el Servicio Nacional de Meteorología sacudieron el sur y el este del país dejaron tras de sí una estela de inundaciones, edificios destruidos y cientos de desaparecidos, buscados desde entonces sin descanso por sus familiares y los equipos de emergencia.
Este ha sido el peor saldo de víctimas de una tormenta desde 1925, cuando una brutal borrasca dejó 747 víctimas mortales en siete estados, y el segundo peor del que se tiene constancia en los registros nacionales, que datan de 1680. Aunque el último gran desastre natural que vivió el país, el de Katrina, dejó un rastro cinco veces más letal, con hasta 1.800 muertos.
La Universidad de Alabama, canceló las clases y exámenes finales, pero muchos de sus alumnos se niegan a abandonar el campus, inmersos en la búsqueda de los más de 80 compañeros y profesores desaparecidos. Entre los habitantes predomina la impresión de que la respuesta del Gobierno de Barack Obama ha sido más diligente que la desplegada por George W. Bush ante la catástrofe de 2005.
A medida que el caos da paso a la calma, la Guardia Nacional y los equipos de emergencia tratan de despejar el camino para las tareas de rescate, con medidas como la imposición de toques de queda.