Desde su establecimiento en 1889, esta fecha se ha convertido en una lucha reivindicativa de quiénes se ganan día a día el pan para sus familias. El homenaje se instituyó tras la muerte de los mártires de Chicago. Estos sindicalistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas. Desde entonces se organizan marchas multitudinarias para reivindicar los derechos de los gremios de trabajadores. Lastimosamente, miles se han movilizado y hasta han muerto reclamando sus derechos, pero poco han conseguido. A pesar de que hace siglos se abolió la esclavitud, todavía existen muchos que no reciben una paga digna a su trabajo. Parece que el sistema, sobre todo el del llamado ‘tercer mundo’ no ha cambiado las precarias condiciones de trabajo para muchos. Es hora de respetar la labor de quiénes tienen en sus hombros el peso del capitalismo, pues si las grandes empresas no tendrían trabajadores, tampoco funcionarían.