Miley Cyrus abandonó a su ‘alter ego’ Hannah Montana a golpe de sutil provocación durante su concierto en Quito.
Corazón gitano, es el nombre de su primera gira tras su separación de la factoría Disney.
La cantante, de 18 años, encendió a las 18.000 personas, en su mayoría niños y adolescentes acompañados de padres, que asistieron al espectáculo haciendo gala de una más que óptima calidad vocal con temas como ‘Who owns my heart’, o ‘The climb’.
Miles de decibelios prepúberes, pues la media de edad rondaba los 12 años, gritaron enérgicamente el nombre de la cantante durante el concierto.
Niños y no tan niños probaron que el espíritu ‘Montana’, a pesar de que la actriz dejó la serie hace un año, perdura aun en el imaginario, y las televisiones, de los ecuatorianos.
“Estoy ansioso por ir a este concierto. Miley Cyrus es mi ‘ídola’ pop favorita. Yo soy fan y seguidor de Miley Cyrus”, exclamó Kevin, de 10 años, antes del show.
Una Miley Cyrus vestida de cuero, con botas, ‘shorts’ y top negro con lentejuelas, expresaba así su deseo de dejar de jugar con muñecas y alejarse de la etiqueta diseñada por Disney. Incluso se atrevió con algunas versiones, como ‘I love Rock & Roll’, ante la atónita mirada de mucho niños que por su corta edad no conocían la versión de ese éxito musical.
Miley, consciente de que su legión de admiradores llevaba cientos de pancartas y camisetas de su época Disney no dudó en rememorar los grandes éxitos que la llevaron a la fama.
Cyrus mostró su corazón sensible, cuando interpretando ‘Every rose has its thorn’ lloró y abrazó emocionada a una bailarina para luego indicar; “estoy llorando porque estoy tan feliz de estar con ustedes esta noche”.