Nuevos deslizamientos de tierra evidenciaron la situación bajo la cual vivían decenas de familias, que ya fueron evacuadas.
Tras los deslaves registrados el pasado fin de semana, entre las calles Fortines y Endara, en el sector de La Bota, al norte de Quito, 52 familias tuvieron que abandonar sus viviendas para precuatelar su seguridad. Los incidentes se agravaron luego que un fuerte talúd de tierra se desbordó debido a las lluvias, y cuatro casas se vinieron abajo, dejando en la calle a 21 personas que las habitaban.
Mario Folleco, uno de los damnificados, indicó que debido a las condiciones de pobreza en las que vive junto con su familia, le resultará difícil encontrar una nueva vivienda.
Por su parte Rosa Folleco, otra de las afectadas, precisó que si viven en zonas de alto riesgo no es porque quieren sino porque no tienen otro espacio en donde habitar.
En vista de estos hechos, Augusto Barrera, alcalde de la ciudad, señaló que estas personas serán reubicadas en albergues temporales, mientras se les otorga un bono provisional de 200 USD, para que arrienden un departamento. Agregó que espera que el Gobierno pueda entregar un crédito de 12 mil dólares para que estas familias puedan estabilizarse.
Hay otro sitios con problemas
Según informaciones de la Seccretaria de Riesgos del Municipio, en toda la urbe existen cerca 60 derumbes de tierra, producto del fuerte temporal por el que traviesa Quito. Entre las zonas de alta peligrosidad destacan Toctiuco, en el centro, Chahuarquingo, al sur, La Comuna y el Batán, al norte. Por ello, esta entidad recomienda a los habitantes de esas zonas, tomar precuaciones.