Las negociaciones para la rendición y salida del poder del presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, han fracasado. Ante el frustrado diálogo emprendido por Francia y la ONU, los milicianos leales al presidente electo, Alassane Ouattara, que venció a Gbagbo en las elecciones de noviembre de 2010, han lanzado un último asalto contra la residencia donde se esconde el mandatario, para sacarlo de allí y obligarlo por la fuerza a abandonar el poder. Una fuente del Gobierno francés ha confirmado que el presidente saliente se niega a negociar y que los combates se mantienen en torno a su residencia de Abiyán, capital económica de Costa de Marfil.
En los útimos días, las tropas leales a Ouattara, con la ayuda de los soldados franceses y de la ONU, inclinaron la balanza a su favor en Abiyán, dejando a Gbagbo atrincherado en su último refugio. Acorralado, el presidente saliente concedió un alto el fuego e inició conversaciones para su salida de la presidencia, y tal vez también del país. Se daba por hecho su salida en cualquier momento.
Las tropas de ambos contrincantes han cometido toda clase de atropellos. La ONU investiga la matanza de cientos de civiles, el pasado 29 de marzo en la localidad de Duékué, en el oeste del país, de la que culpa a las fuerzas de Ouattara.
U.E. impone nuevas sanciones
La Unión Europea (UE) anunció nuevas sanciones contra el presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, como medida de presión para que entregue el poder al mandatario electo reconocido por la comunidad internacional, Alassane Ouattara. También se estableció la restricción de la entrada a la región europea a sus funcionarios.
Gbagbo anunció que está dispuesto a negociar para resolver el conflicto político de la nación, pero insitió en no reconocer a Ouattara como jefe de Estado, alegando que éste no ganó las elecciones.