Roma, 29 mar (EFE).- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, denunció hoy que la Fiscalía de Milán ha demostrado una «voluntad persecutoria» contra él y ha gastado 20 millones de euros de los contribuyentes en el proceso Mediatrade, en el que él está imputado por apropiación indebida y fraude fiscal.
«Las acusaciones son totalmente falsas y mis abogados lo han demostrado. Hay que preguntarse con qué coraje la Fiscalía ha insistido en gastar una veintena de millones sacados de los bolsillos de los contribuyentes», dijo Berlusconi en un mensaje dirigido a la asociación «Promotores de la Libertad».
En un alegato defensivo frente al proceso Mediatrade, que se reabrió ayer en Milán tras varios meses suspendido gracias al «escudo judicial» del que se había valido el mandatario para no acudir ante los jueces, Berlusconi reiteró que participará en las futuras vistas para demostrar que las acusaciones son «infundadas y ridículas».
El proceso se encuentra en su fase de audiencia preliminar, tras la cual se deberá decidir si se le envía a juicio o el caso queda archivado.
«Algunos magistrados han llevado en mi contra durante años un proceso inverosímil fundado sobre la nada. Si hubieran sido objetivos, este proceso (Mediatrade) habría acabado antes de empezar con un gran ahorro de tiempo y de dinero para ellos, para mí y para los ciudadanos», aseguró.
Asimismo, volvió a la carga con uno de sus argumentos preferidos y atribuyó sus problemas con la Justicia a los «comunistas».
«Por desgracia el comunismo en Italia jamás se ha rendido. Hay quien todavía hoy utiliza el código penal como un instrumento de lucha ideológica y piensa que la parte politizada de la magistratura puede utilizar cualquier método para aniquilar al adversario victorioso», sentenció.
La Fiscalía de Milán es la que se ha encargado de investigar, además del caso Mediatrade, el caso Mills, en el que Berlusconi está acusado de corrupción judicial, y el caso Mediaset, en el que está imputado por fraude fiscal.
En el proceso Mediatrade se investiga si el grupo Mediaset, propiedad de la familia Berlusconi, compró a través de su filial Mediatrade los derechos de películas a un mayorista estadounidense mediante el intermediario Frank Agrama y su empresa Wiltshire para aumentar después los precios y permitir con su recompra evadir dinero al fisco.
Asimismo, han sido los fiscales milaneses los que se han encargado del llamado caso Ruby, en el que Berlusconi está imputado por inducción a la prostitución de menores y abuso de poder y cuyo juicio comenzará el próximo 6 de abril. EFE