Jue. Nov 21st, 2024

‘Pocho’ se puso los moños y virtualmente se autoproclamó como el eje que conducirá los planteos tácticos del ídolo. Insúa aceptó las condiciones.
El titular amarillo rebasó todos los límites. Amagó con tomar medidas drásticas con el técnico Rubén Darío Insúa, a quien reprueba con dureza la tribuna amarilla y lo sindica como el cabecilla de los culpables del desastre, sin eximir a los jugadores, pero terminó ratificándole en el puesto, tras declarar en la faz pública, que provocará cambios sustanciales en el planteo táctico, desautorizando al flojo adiestrador rioplatense, que sumiso aceptó todas las absurdas condicionantes, a las que se sumó, el cambio de horario en los entrenamientos para horas de la mañana, que el apático técnico, tenía programados cómodamente en las tardes, seguramente para dormir a ‘pierna suelta’ hasta el mediodía.
Es un inaceptable desliz, el fabricado por Harb para acallar a la tribuna, que ya a esta hora no se come ruedas de molino. Nadie, ni el más ingenuo, puede pensar, que las calenturientas medidas anunciadas por el ‘Pocho’ van a revertir la suerte. La conducción del ídolo requiere una mano trabajadora y capaz. Insúa ha perdido credibilidad. Está de más en la función.
Aparte, Harb le ha mentido abiertamente a la tribuna canaria. Tomó contacto con varios técnicos, entre ellos, Carlos Torres Garcés. El ‘Palillo’ que fue una de las insignes figuras del fútbol nacional, vistiendo también la gloriosa blusa torera en los tiempos de esplendor.   Y luego de sus múltiples diálogos terminó confirmando en el puesto al holgazán Insúa. El vendaval de protestas toma fuerza. No sé hasta cuando podrá frenarlas el ‘Pocho’. Con su vehemencia y sus movimientos, que ya no son maestros.

Por: Raúl Cruz Molina

Por ccarrera