Naciones Unidas, 21 mar (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU expresó hoy su «indignación» por la muerte de al menos 30 civiles en el bombardeo el pasado jueves de un mercado de la capital de Costa de Marfil, Abiyán, atribuido a las fuerzas del gobernante Laurent Gbagbo.
«Este tipo de crímenes no permanecerán impunes y los responsables deben responder a sus acciones», dijo el máximo órgano de seguridad internacional en un comunicado leído a la prensa por el embajador adjunto de China, Wang Ming, país que ocupa su presidencia temporal este mes.
Los quince miembros del Consejo de Seguridad condenaron los actos de violencia cometidos «por cualquiera de los bandos» que se disputan el poder y reiteraron su preocupación por las consecuencias humanitarias de la crisis que arrastra el país desde las elecciones del pasado noviembre.
Asimismo, advirtieron de nuevo que están dispuestos a adoptar sanciones contra quienes impidan la «resolución pacífica de la crisis», obstruyan las operaciones de la misión de la ONU en Costa de Marfil (ONUCI) o cometan violaciones de los derechos humanos.
En esa misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó el viernes al Consejo de Seguridad a adoptar más medidas contra los responsables de violaciones de los derechos humanos en Costa de Marfil, donde se ha experimentado una escalada de la violencia en las últimas semanas.
El bombardeo con proyectiles de mortero del pasado jueves ocurrió en el mercado del distrito de Abobo, bastión del considerado presidente electo por la comunidad internacional, Alassane Ouattara, al que Gbagbo se niega a entregar el poder.
Hoy, miembros del grupo Jóvenes Patriotas y la Federación de Estudiantes (Fesci), seguidores de Gbagbo, asesinaron a un imán en Abiyán, después de haberle pedido dinero y secuestrarlo.
El asesinato del responsable de la mezquita del distrito Williamsville, Tijano Cisse, se suma al del imán de la mezquita de Port-Bouet 2, Issika Sacko, que fue atacado junto a su hijo también por los partidarios de Gbagbo.
Costa de Marfil está al borde de la guerra civil desde las pasadas elecciones presidenciales, después de que Gbagbo no aceptara los resultados sancionados por la ONU que daban por ganador a Ouattara.
El gobernante marfileño apeló al Consejo Constitucional, formado por sus seguidores, que anuló casi un millón de votos en zonas donde Ouattara tenía amplia mayoría y le dio la victoria.
Gbagbo fue elegido presidente en 2000 para cinco años y se ha mantenido otros cinco en el poder debido a retrasos en la convocatoria de los comicios por la guerra civil, de 2002 a 2007, que dividió al país entre el sur, leal al Gobierno de Abiyán, y el norte, controlado por las Fuerzas Nuevas del actual primer ministro, Guillaume Soro.
Según la ONU, la violencia política en el país africano ha generado el desplazamiento de unas 300.000 personas en Abiyán y de otras 45.000 en el occidente del país, mientras que 75.000 se han trasladado a la vecina Liberia. EFE